Aunque no lo creas, el vínculo que desarrollas con tu hijo durante sus primeros años de vida es fundamental para su crecimiento. De hecho, tu acompañamiento en esta etapa afectará el desarrollo de la personalidad y la conducta en su edad adulta (Centro de Psicología de Madrid, s.f.).
Erik Erikson, un psicólogo alemán que propuso una de las teorías más aceptadas sobre el desarrollo de la personalidad, estableció 8 etapas diferentes que van desde el nacimiento hasta la vejez (Ruano, s.f.). Estás son:
Esta primera etapa del desarrollo de la personalidad transcurre desde el nacimiento hasta los 18 meses de vida. De acuerdo con el vínculo que establezca contigo, esta etapa determinará de qué forma se relacionará con el mundo; es decir, desde la confianza o la desconfianza. Si la relación no le permite al niño sentirse seguro y sus necesidades básicas no son cubiertas, aprenderá a no esperar nada de los demás y desarrollará sentimientos de frustración e insensibilidad (Rodríguez, 2023; Regader, 2023).
Sin embargo, si construyes un vínculo de apego seguro con tu bebé, este adoptará una actitud de confianza para enfrentar el mundo y relacionarse con los demás (Rodríguez, 2023).
El segundo estadio del desarrollo de la personalidad va desde los 18 meses y hasta los 3 años. Se caracteriza porque los niños comienzan a tener control de su cuerpo mediante diferentes experiencias y tipos de aprendizaje. Así, empiezan a ejercitar y controlar sus músculos, pero también a controlar sus esfínteres. A nivel cerebral también aumenta el desarrollo cognitivo (Ruano, s.f.).
El resultado de atravesar con éxito esta etapa es desarrollar una autoestima sana y el sentido de autonomía en los niños. Esto los lleva a saber que pueden actuar con libertad dentro de límites razonables (Rodríguez, 2023).
Para favorecer su desarrollo en esta etapa, permítele completar tareas con éxito, tomar decisiones y ganar control sobre sí mismo (Rodríguez, 2023).
Esta etapa va de los 3 a los 5 años y concuerda con la educación inicial. Aquí tu bebé empieza a desarrollarse más rápido, tanto física como intelectualmente. A nivel social, crece su curiosidad e interés por el juego y por relacionarse con otros niños, lo que lleva a poner a prueba sus habilidades y capacidades (Ruano, s.f.; Rodríguez, 2023; Regader, 2023).
El objetivo final de esta etapa es que tu hijo tenga mayor autoconfianza. Esto se refleja en la habilidad para guiar a otros y aprender de sus errores. De forma opuesta, los niños que no tengan éxito quedarán con un elevado sentimiento de culpa y falta de iniciativa (Ruano, s.f.; Rodríguez, 2023; Regader, 2023).
Cada vez que reaccionas de forma positiva a sus preguntas y fomentas su creatividad, favoreces su tránsito por esta etapa (Ruano, s.f.; Rodríguez, 2023; Regader, 2023).
Esta etapa se presenta entre los 5 y 13 años. Su característica principal es que los niños alcanzan un grado de madurez más alto. Esto quiere decir mayor pensamiento abstracto y más consciencia de sus habilidades, las cuales querrá poner a prueba. Poder hacer cosas cada vez más difíciles le ayudará a sentirse valioso y útil, pero también le ayudará a fortalecer su autoestima y obtener reconocimiento social. Es por esta razón que, durante estos años, tu hijo insistirá en tener tareas más complejas.
Si un niño percibe que fracasa en sus tareas, puede experimentar sentimientos de inferioridad y frustración. Ahora, si estos no son manejados adecuadamente, aumentarán, provocando un sentimiento de inseguridad respecto a los demás, en todo lo que haga. Por esto es importante que se valore más el esfuerzo que el resultado, a la hora de hacer una tarea (Ruano, s.f.; Rodríguez, 2023).
El desarrollo de la personalidad continúa desde la adolescencia hasta la vejez de la siguiente manera (Regader, 2023):
Este estadio tiene lugar durante la adolescencia. Se caracteriza porque los jóvenes comienzan a ser más independientes, tomar distancia de sus padres y construir su propia identidad.
Va desde los 20 años hasta los 40. Se caracteriza porque la forma de relacionarse con otros se modifica. Aquí ya no interesa la cantidad de amigos, sino la calidad de los vínculos. Se priorizan las relaciones que generen sensación de seguridad, compañía y confianza.
Ocurre entre los 40 y 65 años. Es el lapso de la vida en que una persona dedica tiempo a su familia y es productivo. Su objetivo es llegar a proteger su futuro y el de los suyos. Si la persona no logra sentirse productiva y realizada aparece el sentimiento de estancamiento.
La última etapa, va desde los 65 años en adelante. Aquí las personas pueden elegir cómo afrontar su envejecimiento: desde la desesperación y la nostalgia o desde la integridad; es decir, con la satisfacción de que las huellas dejadas, lo compartido y lo logrado han merecido la pena.
Así pues, conociendo cómo ocurre el desarrollo de la personalidad, puedes modelar los rasgos que quieres para tu hijo con tus acciones. Si te gustó este tema, de seguro querrás leer sobre desarrollo del lenguaje en tu bebé y educación emocional.
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