En la aventura de crecer, la alimentación juega un papel fundamental. Para el mes 32 de tu bebé, cuando hay tantas cosas interesantes a su alrededor, es probable que sentarse a la mesa se haya tornado un poco más difícil. Por ello, resulta importante buscar estrategias que garanticen que tu bebé se nutra adecuadamente y que, además, siga cultivando el placer de comer.
En principio, si hablamos de nutrición, es importante reconocer que la calidad de la comida que le ofreces a tu niño será determinante para proporcionarle la energía que necesita tanto a nivel físico como psicológico. En este sentido puedes privilegiar alimentos naturales, preparados en casa.
Ten en cuenta que el exceso de azúcar y sal no es muy saludable y hace que tu niño arruine su exquisito paladar. En cambio, el sabor de maravillosas frutas y verduras que ofrece nuestra tierra, le permitirá disfrutar de variados sabores.
Por otra parte, los buenos hábitos alimenticios se construyen de manera sólida desde la primera infancia y al igual que con la mayoría de las cosas que esperamos que los niños aprendan, es necesario que los adultos contribuyan con el ejemplo. Un aspecto muy fundamental de la alimentación, y que en esta edad resulta muy significativo para tu niño, tiene que ver con el ritual de sentarse a la mesa.
De esta forma lograrás que, a pesar de todas las llamativas distracciones, tu niño tenga muy buenas razones para participar de este especial evento que recrea la vida a diario.
Otra razón para apostarle a sentarse a la mesa juntos y desistir de alimentarse viendo televisión, en el carro o mientras se trabaja, tiene que ver con que la posibilidad de centrarse en la actividad que proporciona el ritual de comer. Esto hace que también se pueda tener mayor conciencia de la saciedad, es decir, que comiendo juntos en la mesa, los niños aprenden a comer solo lo necesario.
Para algunos niños, sentarse en la mesita de comer resulta molesto en la medida en que crecen. Una estrategia para hacer amable este lugar, puede ser diseñar con tu hijo un bonito individual aprovechando su talento artístico. Muy probablemente este nuevo objeto le dará a su mesita un toque personal, que le permita usarla y vivirla con agrado.
Es probable que en este momento tu bebé use con mayor habilidad la cuchara, pero esta habilidad no implica que coger la fruta con la mano y arrancar con sabrosa pasión pequeños trozos, por ejemplo de banano, sea una experiencia que se deba abandonar.
Será enriquecedor para él hacer trabajar a su mandíbula, poner en acción sus nuevos dientecitos, planear la mejor manera de morder y acomodar la fruta para este fin, sentir su dulzura extendida por su carita, admirar su hermoso color adornando sus manos y percibir su suave textura sobre la piel.
Sentarse juntos en familia o con las personas cercanas, al menos una vez en el día, hace de la comida una experiencia que alimenta el cuerpo y el alma.
Sentarse junto a otros para comer es otra manera de disfrutar de la comida y de la vida.
Poder conversar, intercambiar experiencias, disfrutar de la gracia con la que se sirve la mesa o de la belleza de un pequeño florerito que tu niño te pudo ayudar a hacer, convierte este momento en una oportunidad para afianzar los lazos con los otros.
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