La fertilidad masculina es la capacidad que tiene un hombre para lograr un embarazo con una mujer. Esta se desarrolla a lo largo de la vida del varón y puede cambiar con el paso del tiempo (Roldan, 2018).
Así como hay factores que la disminuyen, otros serán capaces de potenciarla. Pero para entenderlos, primero hay que saber cómo es el sistema reproductor masculino y cómo funciona.
Un hombre podrá lograr un embarazo en una mujer si cumple con un requisito básico: que su sistema reproductivo funcione de manera correcta. Es decir, que sus testículos produzcan suficientes espermatozoides y que sean de calidad (Clínica Mayo, 2022).
El sistema reproductor masculino se compone de órganos externos e internos. Los primeros son el pene y los testículos. Entre los segundos tenemos al epidídimo, los conductos deferentes, las vesículas seminales, la próstata y la uretra (Hirsch, 2023).
En la pubertad, los testículos comienzan a producir unas células llamadas «espermatozoides». Estas células especializadas son las que fertilizan al óvulo. Por lo tanto, sin ellas no hay concepción ni fertilidad masculina (Hirsch, 2023).
Dicha producción, en condiciones normales, es un proceso continuo y se encuentra influenciada por las hormonas, principalmente, la testosterona. Dura toda la vida, sin embargo, a medida que el hombre envejece, la producción de espermatozoides puede disminuir en cantidad y calidad, lo que puede afectar la fertilidad (Clínica Mayo, 2022).
Los espermatozoides salen del sistema reproductor masculino mediante la eyaculación del semen. Viajan para acceder a la vagina, luego al útero, a las trompas de Falopio y, finalmente, alcanzan el óvulo. Entonces, se puede producir la fecundación (NICHD, 2020).
Diversos factores del estilo de vida pueden tener un impacto negativo en la producción de espermatozoides. Entre los más destacados se encuentran los siguientes:
Los hábitos mencionados pueden tener efectos perjudiciales en la producción de espermatozoides. Sin embargo, la mayoría son reversibles. Es posible dejar el tabaco a tiempo, consumir menos alcohol y bajar de peso para preservar la calidad del semen (Durairajanayagam, 2018).
Aun así, hay factores del estilo de vida que podrían conducir a la infertilidad definitiva. La exposición a determinadas sustancias tóxicas es un ejemplo. Por motivos laborales, por uso hogareño o por accidentes, algunos químicos industriales y metales pesados son capaces de alterar de manera irreversible la fertilidad masculina (Clínica Mayo, 2022).
Si estás interesado en concebir con tu pareja, hay algunos consejos que pueden ser de utilidad para tratar de potenciar tu fertilidad (Clínica Mayo, 2022):
En caso de que creas tener problemas de fertilidad, siempre será prioritario consultar a un médico. Los profesionales pueden indicarte estudios específicos, como un espermograma. Y si se concreta un diagnóstico no esperado, debes saber que existen opciones para concebir en pareja, como la inseminación artificial (Ghuman y Ramalingam, 2018).
La fertilidad masculina es un aspecto vital y complejo. Son muchos los factores que influyen en ella, pero también son muchos los avances que se han logrado para comprenderla mejor y potenciarla.
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