Tu bebé no puede permanecer despierto todo el día como lo hacemos los adultos. A menor edad, mayor es la necesidad de conciliar horas de descanso. Aquí es cuando es necesario hablar de las llamadas “ventanas de sueño”, que son esos tiempos durante los cuales un niño está despierto, pero sin manifestar signos de cansancio (Cleveland Clinic, 2024).
Una vez que aparece la irritabilidad y el sueño es evidente, la ventana se cierra; es decir, que si estimulamos al bebé para que no se duerma, lo estaremos perjudicando (Cleveland Clinic, 2024).
Las ventanas de sueño se regulan con los ritmos circadianos del bebé, esto quiere decir que responden a la luz, las hormonas y los hábitos (Escobar et al., 2021).
Los bebés recién nacidos no duermen la misma cantidad de horas que los niños de 18 meses. Sucede que, a medida que crecemos, el tiempo que permanecemos despiertos es cada vez mayor (Suni y Vyas, 2024).
Te contamos a continuación el patrón de sueño de los bebés de forma general (Medline Plus, 2022; NHS, 2024; Suni y Vyas, 2024):
Duermen entre 15 y 16 horas por día. Toman siestas cortas y permanecen despiertos unas 8 horas o menos. Así que, las ventanas de sueño tienden a coincidir con su necesidad de alimentarse.
Duermen entre 14 y 15 horas por día. A esta edad comienzan la transición de dormir más por la noche.
El promedio es de 14 horas dormidos. La transición hacia el sueño nocturno se hace más evidente. Por otro lado, algunos bebés logran descansar más de 8 horas seguidas por la noche.
En este periodo se reducen las siestas del día. Las ventanas se hacen más extensas y el tiempo total de sueño podría ser menor a 14 horas diarias.
La mayoría de los bebés conservan una sola siesta diurna para esta edad.
Tratar de conciliar tu rutina diaria con los patrones de descanso de tu bebé será beneficioso para él y para ti. El sueño en su cantidad adecuada ayuda al crecimiento y desarrollo de tu hijo, pero también contribuye a la organización de tu vida (Cleveland Clinic, 2024).
Ahora bien, hay más efectos positivos respecto a las ventanas de sueño; por ejemplo:
Dormir la cantidad suficiente por día es importante para niños y para adultos. Cuando tu bebé no alcanza a completar las horas de sueño necesarias, hay consecuencias para él, para ti y toda tu familia (Cleveland Clinic, 2024).
En primer lugar, el niño estará irritable y malhumorado. Eso impactará en otros aspectos de la conducta mientras esté despierto (Spruyt, 2019).
A mediano plazo, no respetar las ventanas de sueño podría influir en su desarrollo cognitivo. Quizás tenga más dificultades de aprendizaje y problemas para procesar la información. Además, tendría impacto en su trayecto escolar (Mason et al., 2021).
No dormir lo suficiente a temprana edad también se asocia con algunas enfermedades. Los bebés con descanso inadecuado son más susceptibles a la obesidad y a problemas cardiovasculares (Matricciani et al., 2019).
Finalmente, hay que considerar el impacto en los adultos. La falta de sueño en tu bebé cambiará tu rutina y te traerá más cansancio, no solo físico, sino también emocional. Esto debido a que la irritabilidad generará estrés en toda la familia (Bai et al., 2020).
Establecer una rutina para respetar las ventanas de sueño requiere tiempo, paciencia y perseverancia. Debemos entender que algunas circunstancias podrían alterar el descanso, como los brotes de crecimiento (NHS, 2024).
De todas formas, queremos darte unos consejos que te serán útiles (Medline Plus, 2022; NHS, 2024):
Respetar las ventanas de sueño no resulta igual para todas las familias. Hay que saber adaptarse a las necesidades individuales de cada bebé. Por otro lado, hay que adaptarse a las posibilidades de horarios de los adultos de la casa (Cleveland Clinic, 2024).
Aunque a veces parezca abrumador, recuerda que no estás sola. Si enfrentas dificultades con el sueño de tu bebé, busca apoyo y orientación. Pediatras y puericultores pueden darte consejos personalizados.
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